La intensa carrera de los partidos políticos de República Dominicana por engrosar su padrón interno se quedó corta en su trayecto a las urnas en las elecciones presidenciales y congresuales del pasado domingo 19 de mayo.
Los resultados del conteo de votos son un golpe al ego de los partidos mayoritarios que presumían de tener dos y hasta tres millones de simpatizantes registrados.
La suma de los inscritos en las tres organizaciones políticas más importantes del país (PRM, FP y PLD) asciende a 7 millones 299 mil 433 personas. Se infería que eran “votos seguros”, pero lo cierto es que de esta cantidad solo 3 millones 724 mil 360 atendieron al llamado de sufragar. Esa cifra representa apenas el 51.02 % de todos los empadronados en los partidos principales.
Ningunos de los tres partidos punteros lograron conquistar la totalidad, algunos siquiera la mitad de los votos de sus propios afiliados, un factor que mueve análisis y trae a escena las viejas denuncias de padrones inflados y doble militancia, o en cambio consolida la tendencia a una alta abstención de la población en sentido general.
El “fronteo” de los partidos
La comparación padrón de partidos versus votantes, por separado, es aún más tétrica. Relevante fue lo que pasó con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que se vanagloriaba de tener 2 millones 177 mil 036 miembros. Pero a la hora de la verdad, solo 452 mil 525 votaron por el candidato presidencial, Abel Martínez, el pasado domingo. Es decir, un 20.79 por ciento de los abiertamente peledeístas le otorgó “un voto de confianza”.
Es así como el partido morado que gobernó durante 16 años consecutivos pasó de ser la segunda fuerza política a ocupar el tercer lugar en estas históricas elecciones presidenciales y congresuales.