“Conocí a Diego Armando Maradona con motivo de un partido por la Paz en 2014”, recordó
El papa Francisco ha afirmado, en una entrevista que publica hoy el diario deportivo italiano “La Gazzetta dello Sport”, que Maradona fue “un poeta en el campo” pero también un “hombre muy frágil”.
El diario italiano explica que la entrevista fue realizada a principios de diciembre en su residencia de Casa Santa Marta.
“Conocí a Diego Armando Maradona con motivo de un partido por la Paz en 2014: recuerdo con placer todo lo que hizo Diego por Scholas Occurrentes, la fundación que se ocupa de los más necesitados en todo el mundo”, dice Jorge Bergoglio.
“(Maradona) En el campo era poeta, un gran campeón que dio alegría a millones de personas, en Argentina como en Nápoles. También era un hombre muy frágil”, añade.
En la entrevista, en la que el papa habla de los valores del deporte como la inclusión, la tolerancia o el compañerismo para hacer un mundo mejor, también se refiere al dopaje para señalar que “no es solo una estafa” sino “un atajo que anula la dignidad”.
“El talento es un regalo recibido, pero no es suficiente: hay que trabajar. Entrenar significará cuidar el talento, intentar hacerlo madurar en lo mejor de sus posibilidades”, subraya.
Y recuerda a los atletas que “corren los 100 metros en los Juegos Olímpicos” y que se entrenan durante años para “esos escasos segundos”.
“De vez en cuando leo sobre algún gran campeón que es el primero en llegar al entrenamiento y el último en salir: es el testimonio de que la fuerza de voluntad es más fuerte que la habilidad”, opina.
Amante del fútbol y de su equipo San Lorenzo, el papa también rememora sus años de la infancia en Argentina, cuando iba con su familia al estadio El Gasómetro.
“Recuerdo, en particular, el campeonato de 1946, el que ganó mi San Lorenzo. Recuerdo aquellos días que pasé viendo a los futbolistas jugando y la alegría de nosotros, los niños, cuando regresábamos a casa: la alegría, la felicidad en la cara, la adrenalina en la sangre”, comenta.
De pequeño también él jugaba al fútbol con una “pelota de trapo”, en una plaza cercana a su casa; pero no era de los buenos, admite, sino más bien “lo que en Argentina llaman una ‘pata dura'”.
Por eso acababa siempre jugando de portero, una decisión que le sirvió de escuela de vida, porque aprendió que “el guardameta debe estar listo para responder a los peligros que pueden venir de cualquier lugar”.
Francisco reconoce que sigue con interés las noticias deportivas y en especial las historias de personas que “tratan de dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encuentran”.
En este sentido, se acuerda de que en su viaje a Jerusalén en 2014 le hablaron del ciclista Gino Bartali, que, reclutado por un cardenal y con la excusa de entrenar en bicicleta, salió de Florencia para Asís y regresó con decenas de documentos falsos escondidos que le sirvieron para que muchos judíos escaparan y se salvaran.
“Se dice que ayudó a unos ochocientos judíos, con sus familias, a salvarse. (…) Aquí está la historia de un deportista que dejó el mundo un poco mejor de lo que lo encontró”, elogia Bergoglio.