Editorial Gary Imbert

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Gabriel Imbert Román, Gary, abogado puertoplateño que enfermó hace un tiempo dejó de existir el pasado domingo. Gay sobresalió en todo lo que se propuso hacer durante su existencia . Fue un hombre integro, fiel a familiares, amigos y sobre todo sus conducta revolucionario a favor de los mas sanos intereses de la patria.
Deportista en varias disciplina, juegos sociales, golfa y otros fueron pasatiempo suyo.
Dispuesto siempre a servir a sus compañeros, amigos, a los hijos y hermanos de ellos jurídicamente sin recibir un centavo.
Su a voz se dejó escuchar estruendosamente a través de la radio ya que incursionó en la locución , obteniendo notoriedad por la profesionalidad, lo hacía con profesionalidad correctamente y apegado a los principios. Su partida a estudiar ciencias jurídicas en la Universidad Católica Maestra le alejó de la radio, pero nunca de sus ideas progresista,
Ser miembro de una distinguida familia clase media, poseedor de dos sonoros apellidos ligados a la política nacional, Imbert y Ramón, no limitaron y coartaron su participación en el desenvolvimiento revolucionario en todos los puntos dominicanos. Frecuentemente fue apresado y puesto en libertad en enumeras ocasiones, no tuvo miedo para decir y hacer las cosas si tenía razón.
Fue expulsado de la PUCAMAIMA por crear allí un movimiento estudiantil revolucionario que no aceptaba la universidad y después de varios días de lucha la UASD anunció su recibimiento para continuar sus estudios y allí se graduó doctor Derecho como abogado para los tribunales de la República.
Ponderado con la máxima consideración por valiosos revolucionario, Gabriel Imbert Román alcanzó la presidencia nacional de la Unión Patriótica, UPA, que luego dio paso al nacimiento del Partido de los Trabajadores Dominicanos, PTD.
Al doctor Gay Imbert Ramán hay que recordarlo haciendo lo que sus hijos, esposa, familiares en general, sus amigos, colegas y políticos revolucionario viejo y vivieron lo que hacía en favor de la mayoría y particularmente a favor del país. y que Paz eterna descanse el buen amigo y colaborador del periódico El Faro.