El presidente Luiz Inácio Lula da Silva enfrentará su mayor desafío político en 2024 con las elecciones municipales de octubre, que prometen ser un enfrentamiento clave con la extrema derecha liderada por el exmandatario Jair Bolsonaro. Aunque se trata de elecciones locales, se consideran un termómetro para evaluar la gestión del Gobierno federal y son indicativas de la dirección que podría tomar el electorado de cara a las presidenciales de 2026.
Las elecciones volverán a enfrentar al movimiento progresista liderado por Lula y a la radical extrema derecha de Bolsonaro, brindando un escenario político tenso y polarizado. Además, serán un examen para la coalición pragmática liderada por Lula, que abarca desde la izquierda hasta la derecha moderada y que se presenta dividida en estos comicios.
En un reciente congreso del Partido de los Trabajadores (PT), Lula destacó que anticipa una contienda entre él y Bolsonaro en los municipios, subrayando la importancia de vivir en democracia frente al autoritarismo. Bolsonaro, aunque declarado inelegible por ocho años, planea utilizar las municipales como plataforma para defender su legado y recuperar el apoyo conservador.
Lula ya ha iniciado su campaña para las municipales, centrándose en São Paulo, donde respalda al diputado Guilherme Boulos como candidato a alcalde. Boulos, líder del movimiento sin techo, representa la apuesta progresista para contrarrestar el bolsonarismo en la ciudad más poblada de Brasil.
El año 2023 fue un año caótico para Brasil, con la extrema derecha en campaña permanente y una serie de desafíos políticos y sociales. Lula, consciente de la importancia de las elecciones municipales, ha congelado su agenda internacional en 2024 para concentrarse en viajar por Brasil y respaldar a sus candidatos, buscando revertir el resultado desfavorable para la izquierda en las municipales de 2020.