Roque J. de León B.
En cualquier lugar del mundo hay personas más esforzadas que otras, esas son las que partiendo de una base fundamentada en los valores éticos al transitar por la vida, con su esfuerzo construyen la prosperidad y fomentan el bienestar para ellos junto a sus familiares, su entorno y el país del que forman parte.
Este tipo de seres humanos tienen claro cuál es su misión y compromiso con el crecimiento integral de la sociedad por lo que se identifican con la educación y formación de las demás personas; crean fuentes de empleos; pagan sus impuestos; el origen de sus recursos es claro; siempre están alegres y relajados; se esfuerzan por mantener el orden y la organización; nunca sus propósitos son personales y/o individuales y sobre todo, son transparentes.
Las personas prósperas, sin necesidad de ser letradas o muy leídas generan grandes y valiosas ideas siempre pensando en el colectivo, regularmente con muy bajo perfil están tras las grandes obras beneficencia a la vez que crean y generan bienestar para todos.
Un individuo próspero se distingue además de su filantropía por la gran visión de futuro y su tendencia de apostar y aportar en la construcción de una mejor sociedad, sin presumir ni esperar nada a cambio.
La prosperidad anda de las manos con la honestidad, el respeto, la empatía, la justicia, así como el sentido y el compromiso social.
Esos seres humanos son excepcionales por lo que son muy escasos y casi invisibles, no hacen ruido, en Puerto Plata hemos tenido y aún nos quedan algunos; si usted es uno de ellos un fuerte abrazo.
Es el momento de aclarar que he destacado algunas cualidades de las personas prósperas para que no las confundamos con aquellos que obtienen dinero fácil por cualquier vía y, no sólo penetran cualquier círculo social sino que incursionan con gran facilidad al ambiente de negocios llevando a la quiebra los que tienen capitales sanos y, de igual manera trascienden por la vía de los partidos políticos haciéndole burla, por un tiempo, a todos los que trabajan de manera honesta; si usted conoce a alguno de ellos, “pura casualidad”.
Contra esas casualidades es que todos debemos hacer consciencia y no seguir fomentando la cultura de “Juanito Alimaña”, donde todos “sabemos y conocemos todo pero nadie sabe nada ni dice nada”, pura complicidad.
Entiendo es el tiempo de que si los responsables de aplicar la Ley 155-17 contra el “Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo” continúan haciéndose los ciegos ante actividades del comercio que a simple vista son ilícitas, entonces de manera responsable los ciudadanos que merecemos garantía y respeto debemos acudir, a instituciones como el Buró Federal de Investigaciones “FBI” y denunciarlos para que se inicien las investigaciones necesarias.
Entre las grandes diferencias entre una persona próspera y otra que acumula bienes materiales de cualquier forma es: que mientras el primero ayuda a construir riquezas el segundo incentiva a generar pobreza y criminalidad. En contra de eso debemos batallar como una sola sociedad.
ROQUE J. DE LEON B. (MAE).
DIPLOMADO EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL.
MIEMBRO DEL SNTP Y EL SINLOPP.