DOÑA LILIAN, HASTA SIEMPRE
En la madrugada del jueves 30 de marzo de 2023, se nos ha ido físicamente doña Lilian
Josefina Russo Fernández de Cueto. Se nos fue en el marco de la conmemoración del 179
aniversario de la Batalla de Santiago de los Caballeros que liderara exitosamente el general
José María Imbert. Y no es azar que su ida fuera en esta fecha, pues doña Lilian, entre otras
muchas virtudes, fue participante del Movimiento guerrillero y Revolucionario 14 de junio que
lideraba Manuel Aurelio “Manolo” Tavárez Justo y que buscaba devolver la democracia y la
libertad al pueblo dominicano oprimido por Trujillo. También tuvo participación en la
imperecedera gesta de abril de 1965. Una guerrera, una luchadora, eso fue en vida doña
Lilian.
Sabiendo de los cambios y de mentalidades cambió a tiempo el fusil y la guerrilla por la cultura
y la educación como sus nuevas armas. Consciente del valor de la educación como alimento
del alma, emprendió un hermoso proceso de cambio en la Sociedad Cultural Renovación y su
biblioteca que incluyó, no solo la renovación del edificio, sino haberla constituido en el
epicentro cultural de la provincia por casi 60 años. Creó el Concurso Literario Por Nuestro País
Primero que, a través de los talleres anules de creatividad literaria, atrajo a los más altos
creadores literarios del país como Virgilio Díaz Grullón, José Mármol, Diógenes Valdez, Pura
Emeterio Rondón, Fernando Cabrera, León David, Manuel Matos Moquete, Rafael Peralta
Romero, Eleanor Grimaldy Silié, Emelda Ramos, Carlos Fernández Rocha, entre otros, para que
compartieran sus experiencias con un grupo incipiente de niños, jóvenes y adultos
puertoplateños ávidos de aprender, elevando de este modo la productividad y la calidad
literarias de la provincia.
Para mí fue una madre; sobraban los consejos. Tenía siempre proyectos que compartirme y en
los que me involucraba a participar: ya sobre los talleres literarios, ya sobre el club de lectores,
ya sobre los actos de premiación, etc. Pero hubo uno que la inoportuna muerte no le permitió
llegar a realizar y que de seguro sus hijos sí lo haremos: celebrar, y escribir la historia en un
libro, los 100 años de la Sociedad Cultural Renovación que habrá de cumplirse el 7 de mayo de
2028.
Pocos saben que doña Lilian es vegana de nacimiento, aunque todos la sabemos una auténtica
puertoplateña. Se enamoró de Puerto Plata y la hizo suya hasta el punto de convertirse en la
más genuina promotora y una infatigable luchadora de su cultura, su identidad e historia.
Doña Lilian ensanchó su familia asumiendo, como buena madre, a los niños y jóvenes
puertoplateños, porque su obra estaba encaminada a diseminar el bien social a través de las
actividades culturales. Por eso decía en múltiples ocasiones que no sentía vergüenza de pedir a
todos cuanto pudieran ayudar para mantener en pie las actividades de la Sociedad Cultural
Renovación, actividades invaluables y necesarias que hoy constituyen una gran obra de amor a
través de la educación. Ese es su inmarcesible legado.
Doña Lilian no era una mujer triste, era poseedora de un singular e infatigable espíritu de
trabajo, una bondad exquisita, celosa de lo correcto y muy respetuosa de los demás. Hay
nombres que se hacen referencias obligadas e indispensables en la memoria y la construcción
de una sociedad más equilibrada, justa, duradera, educada y eficaz. Hablar de Lilian Russo es
hablar de un corazón enardecido en juventud con unas enormes ganas de libertad,
evidenciado con su participación en la gesta histórica de la Revolución de Abril y su activismo
en el Movimiento 14 de Junio. Hablar de Lilian Russo es hablar de amor por el contexto marino
y embriagador, a través de la preservación de documentos históricos, que siempre supone la
mágica ciudad de Puerto Plata. Hablar de Lilian Russo es hablar de educación, de formación y
promoción de generaciones de escritores dominicanos que fraguaron sus plumas en los
talleres literarios y el concurso Por Nuestro País Primero de la Sociedad Cultural Renovación, la
cual presidió desde 1966. Hablar de Lilian Russo es hablar de amor, de solidaridad, de
ciudadanía, de arte, de cultura, de identidad. Su vida entera es un ejemplo fidedigno de
trabajo y de justicia social, de amor patrio, de culto a la educación, de mecenazgo cultural,
acciones que se traducen en activos indispensables para la edificación de una ciudadanía más
noble, generosa y siempre encaminada al bien supremo.
Fue una mujer que irradiaba bondad. Miraba siempre a los ojos con la seguridad y la
transparencia característica de la gente buena, de ahí que tuviera ese don para descubrir en
los demás el talento que poseyese. Sobre todo, fue una mujer feliz, siempre tenía una sonrisa
para brindar o alguna anécdota que compartir. Haciendo uso del consejo de Benedetti de
“apartar lo inútil y usar lo que sirve”, forjó con su vida y su activismo cultural un legado que
permanecerá por muchos siglos.
En nuestras conversaciones había siempre la urgente complicidad de echar la lucha para
mantener abiertas las puertas y los servicios de la Biblioteca.
Sé que tu espíritu rebelde y bondadoso revolará por toda Puerto Plata ahora que el Señor ha
reclamado tu presencia. Y sé que tu alma anidará en el edificio que alberga a la Sociedad
Cultural Renovación y que velará desde lo alto por la continuidad de su trabajo, pues en ese
espacio dejaste la piel, el alma, tu sudor y trabajo y muchas sonrisas que iluminarán sus
paredes y techos. Es nuestro deber moral, mantener en pie tu legado, querida Lilian.