La realidad es que, a diferencia de México, la mayoría de las encuestas preelectorales realizadas en Venezuela por firmas conocidas ubican al candidato oficialista –Maduro, en este caso– en un lejano segundo lugar, con más de 10 puntos porcentuales por debajo del aspirante de la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia.
Este exdiplomático de 74 años acabó como candidato de la coalición opositora luego de que el régimen que encabeza Maduro inhabilitó, primero, a María Corina Machado, quien había ganado las elecciones primarias de la PUD en octubre del año pasado, con 92.3% de los votos y, después, a su sucesora, Corina Yoris.
Finalmente, el Consejo Nacional Electoral (CNE), presidido por el chavista Elvis Amoroso, aceptó registrar el 26 de marzo pasado, a última hora, al entonces desconocido González Urrutia como candidato de la PUD, pero ante la ventaja que le conceden varias encuestas la oposición ha alertado que el régimen podría excluirlo de la contienda con cualquier pretexto.