Todos Buscamos los Beneficios de un Árbol

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Todos Buscamos los Beneficios de un Árbol.
Por: Roque J. de León B. (MAE).
Un árbol podemos definirlo como una planta de tronco grueso que ramifica a determinada distancia del suelo proporcionándonos la garantía de un ecosistema mucho más sano y armonioso al extraer de la atmósfera el dióxido y retornarlo como carbono en determinado momento, ayudando a esta en sus funciones vitales de  preservar la vida además de brindarnos frutos y su codiciada sombra.
De acuerdo a los expertos entre otros beneficios, los árboles producen oxígeno, purifican el aire, forman suelos fértiles, evitan erosiones, mantienen ríos limpios, captan agua para los acuíferos, sirven como refugio para la fauna, reducen la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies, regeneran los nutrientes del suelo y mejoran el paisaje.
Si valoramos tantas bondades seremos incapaces de agredir la naturaleza como lo hacemos al  destruir  las grandes extensiones de árboles que forman los bosques.
Esas destrucciones, unidas a otras causas poco a poco han originado y desarrollado el gran desequilibrio ecológico que hoy azota a gran parte del universo sin que se vislumbre la existencia de una voluntad unificada para buscar posibles  soluciones a mediano plazo.
Aunque en el año 2000 se reunieron 191 mandatarios y desarrollaron la que hicieron llamar “La Cumbre del Milenio” definiendo como prioridad 17 objetivos a “cumplirse al finalizar el 2015”, de estos, “La Sostenibilidad del Medio Ambiente” fue colocado en el séptimo lugar de importancia y hasta esta fecha puedo decir que es uno de los que más denota el fracaso de esa iniciativa.
Hace falta más que una declaratoria y firma de documentos para validar buenas intenciones, que no pasen de ser palabras y letras muertas ante miles de millones de representados que sin saberlo nos dirigimos a una prematura muerte  como resultado del irrespeto y destrucción de nuestro hábitat.
Debemos retornar a educar en base a los buenos valores y la ética para forjar ciudadanos comprometidos con la preservación de su vida y la de los demás.
En más de una oportunidad he expresado mi desacuerdo con las jornadas de reforestación, que no deja de ser un negocio más para quienes venden las plantas mientras permitimos que los mismos depredadores de siempre, exterminen lo poco que queda de nuestros bosques.
Siempre debo recordar al Dr. Joaquín Balaguer Ricardo (que no fue ni es santo de mi devoción) pero, negar que no sólo creó diversas reservas ecológicas en nuestro país sino que cuando lo creía necesario, por la vía aérea en los lugares apropiados hacía verdaderas reforestaciones de diversas especies de arboles, sería una mezquindad.
Después de esa experiencia, en el Ministerio de Medio Ambiente en República Dominicana hemos tenido no representantes del pueblo sino  mandaderos de los grupos que tienen como modo de vida la destrucción de nuestro ecosistema de las más diversas formas; la deforestación en ingeniosas variedades es una de ellas.