En un contexto alejado de la religión sin justificación, se abre un espacio para reflexionar sobre el respeto y la consideración hacia aquellos que siguen la senda de Jesucristo, reconociendo que muchos encuentran en el evangelio protestante un camino para emular su sacrificio por la humanidad. El respeto hacia esta elección no debe surgir por obligación o arrepentimiento, sino por la conciencia y el aprecio hacia los demás.
Algunos comunicadores, que en el pasado han sido controversiales en su comportamiento, buscan redimir sus acciones a través de la fe, proclamando un cambio radical en su vida. Sin embargo, es importante cuestionar si este cambio es genuino o simplemente una estrategia para obtener beneficios económicos, utilizando la religión como un medio para justificar sus acciones pasadas.
En este periodo de Semana Santa, es crucial reflexionar sobre nuestras motivaciones y acciones, evaluando si estas son auténticas o simplemente una fachada para engañar a los demás. Condenar actos culturales sin comprender su contexto y significado real puede ser una muestra de falta de discernimiento, ya que todas las manifestaciones humanas tienen sus luces y sombras.
Es momento de despojarse de las máscaras y reflexionar sinceramente sobre nuestras acciones, buscando la verdadera justicia y emulando el sacrificio de Jesucristo. Es necesario que los provincianos, incluyendo empresarios y comerciantes, sean conscientes y se unan en la selección de medios de comunicación que consumen, evitando aquellos que promueven una imagen distorsionada y enriquecen a costa de falsas profecías.
En última instancia, la verdadera redención y perdón divino provienen de acciones sinceras y de corazón, no de apariencias o juicios superficiales. Es momento de examinarnos a nosotros mismos y poner nuestras acciones en la balanza de la verdadera justicia y compasión.