La mortal represión acaba con el débil y breve mandato de Merino en Perú

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Tras una noche represión y muerte, el presidente transitorio de Perú, Manuel Merino, no pudo resistir más su endeble mandato y renunció al cargo que había asumido hacía solo cinco días, un breve periodo que será recordado por haber provocado las protestas más masivas de los últimos 20 años en el país.

Después de negarse a escuchar cómo decenas de miles de peruanos le demandaban a gritos en las calles que diese un paso atrás tras haber concentrado en su persona los poderes ejecutivo y legislativo, Merino solo dio su brazo a torcer cuando la represión de la Policía a las manifestaciones en su contra se cobraron dos vidas.

Lo hizo al quedarse prácticamente solo, despues de que los ministros del Gobierno de corte derechista, conservador y ultracatólico, que a duras había logrado reunir, comenzasen a dimitir casi en bloque al conocerse las muertes de Jack Pintado e Inti Sotelo, los dos jóvenes manifestantes fallecidos en Lima a disparos de la Policía.

Pese a que las muertes se registraron en torno a las 21:00 hora local del sábado, Merino no dimitió hasta el mediodía del domingo en un mensaje televisado a nivel nacional desde el Palacio de Gobierno de Lima, el único mensaje que pudo ofrecer en su corto periodo presidencial.

“En este momento, donde el país atraviesa una de las crisis políticas más grandes, quiero hacer de conocimiento que presento mi renuncia irrevocable al cargo del presidente de la República”, anunció Merino a la conclusión de su alocución.