En apenas su segunda participación en la Serie del Caribe, la República Dominicana brindó muestra del éxito que alcanzaría a lo largo de la trayectoria en estos Clásicos.
Una corona obtenida por el Licey (6-0) de manera invicta comenzó a mostrar el poderío existente y por ende la presencia de su personal de gran valía como lo fue Manuel Mota, quien a cuyo average de .579 (19-11) agregó jugar con eficiencia en el prado central, pero sobretodo ser el mentor de ese conjunto. El se convirtió en el primer pelotero dominicano en obtener el premio de Más Valioso.
Dos años después y tras un éxito de los propios azules, Bobby Valentine se llevó los máximos honores como el Mas Valioso, tras promediar .400 (24-10), en una serie en que Mota y Jesús Alou fueron co-líderes de bateo con .500 cada uno (24-12). Valentine fue el primer importado en ganar el premio en estos clásicos.
En 1977 llega la gran explosión de Ricardo Carty y sus históricos cinco vuelacercas conectados en Caracas, Venezuela, lo cual fue la marca solitaria en estos eventos hasta que Barry Jones conectó igual cantidad en 1990. El famoso Rico empujó 10 vueltas y se convirtió en el tercer Más Valioso dominicano.
Transcurrió un trío de años para que Ruddy Law se apoderara de este galardón en un plantel dominicano preñado de talento, entre ellos Mickey Hatcher (6 empujadas), Leon Durham, Pedro Guerrero, Tony Peña, César Gerónimo, Dámaso García, Rafael Landestoy entre muchos otros.