Desde el 2004 cuando se retiró del ring empezó a orar de manera apasionada para que Dios ilumine las mentes del “concilio” que escoge a los inmortales.
Hace ya 16 años y van miles de plegarias para que todos los campeones anteriores a él entraran a la inmortalidad y así llegara su turno… pero, las rodillas se le han pelado y todo continúa igual, lo que le hace cree con firmeza que dentro del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, hay un demonio que impide que los atletas pobres y de espíritu humilde entren.
“Yo soy Julio César Green, fui campeón superwelter de los Estados Unidos, gané dos veces el título mundial peso medio, combatí por coronas del mundo en tres divisiones, mi carrera entera casi la hice en la ciudad de Nueva York y en decenas de peleas en el Madison Square Garden, incluyendo mis dos coronaciones de rey del mundo de las 160 libras, nunca perdí en la Gran Manzana ni en la meca del boxeo mundial”.