Fue electo en las elecciones del 2016, estuvo entusiasmado en principio, en poco tiempo se desencantó al conocer la realidad de la situación económica, deudas, compromisos políticos, la cantidad de compañeros que se presentaban con frecuencia en busca de lo ”suyo”, teniendo que aportar de su propio peculio en muchas oportunidades.
En un mal “endémico” el clientelismo en el área política, quien no lo practica se convierte en el “patito” feo o pierde y abandona.
José Tomás Díaz inició con frío y lucia proyectado a buscar la solución definitiva en el Ayuntamiento de Imbert que encontró en bancarrota y desorganizado de acuerdo a las declaraciones que ofreció en ese momento. Por lo menos soluciono algunos problemas, entre ellos la terminación del mercado estacando por casi 10 años, el cual fue entregado a los mercaderes y el vertedero municipal.
Además le correspondió asistir a muchos pobres que sufrieron inundaciones y mientras eso sucedía la profesión de abogado comenzó a descender , sus clientes pagaban las consecuencias ya que tenida el tiempo para atender como lo hacía antes.
El periódico El Faro publico que José Tomás aspiraría a una diputación que hace muchos años ese municipio de no ha logrado, su partido Revolucionario Moderno, reservó la candidatura de los municipios de la parte Oeste de la provincia al más votado de los candidatos en el 2016 Juan Medina que vuelve a representar su partido en la botella para las elecciones del cinco de julio.
José Tomás pasó a ser una reserva política siempre que siga contando con el apoyo de los habitantes del municipio que le vio nacer, Imbert.
