En un escenario marcado por una multiplicidad de opciones de loterías, muchos aficionados que solían buscar revelaciones en sus sueños se ven desorientados ante la diversidad de juegos disponibles. Esta abundancia de sorteos no solo ha generado confusión entre los jugadores, sino que también ha evidenciado la falta de supervisión por parte de las autoridades competentes.
Resulta sorprendente que, a pesar de la proliferación de loterías, las entidades responsables de otorgar licencias o permisos para su operación no hayan ejercido un control efectivo sobre la inmensa cantidad que opera ilegalmente. Incluso, se ha detectado la participación de diputados y funcionarios en este ámbito, sin que se garantice un adecuado control.
Esta situación no solo afecta el ámbito fiscal, sino que también incide en las condiciones laborales de quienes trabajan en las bancas. Se ha observado el empleo de jóvenes solteras, a menudo madres, a quienes se les paga fuera de la ley, sin garantías ni beneficios sociales. Cuando son despedidas, no reciben la compensación correspondiente, y muchas veces ni siquiera están debidamente registradas como empleadas.
La falta de control se manifiesta también en la práctica de algunos banqueros que operan con licencias bajo un mismo nombre en diferentes localidades, muchas veces en municipios dentro de la misma provincia. Esta situación, además de evadir impuestos, genera un escenario propicio para el incumplimiento en el pago de premios, al no existir un registro oficial de la operación legal de la banca donde se realizó la jugada ganadora.
Recientemente, un número significativo de bancas dejaron de vender debido a la suspensión de loterías que se negaron a cumplir con el pago de los impuestos correspondientes. Esta situación plantea la necesidad urgente de una regulación más efectiva en el ámbito de las loterías, con el fin de garantizar la transparencia, el cumplimiento de las obligaciones fiscales y laborales, y el respeto hacia los derechos de los jugadores y trabajadores del sector.