La reciente celebración de las elecciones presidenciales y congresuales en la República Dominicana ha sido un hito de participación masiva y disciplinada. Los votantes respetaron rigurosamente las disposiciones de la Junta Central Electoral (JCE), consolidando así la democracia en el país. Este evento ha sido ampliamente elogiado por políticos y observadores nacionales e internacionales, destacando especialmente la Organización de los Estados Americanos (OEA), que emitió informes positivos sobre el proceso.
Estas elecciones fueron las primeras en las que no se presentaron conflictos ni confrontaciones apasionadas entre los miembros de las organizaciones políticas nacionales. La JCE organizó los comicios con tiempo y transparencia, lo cual fue reconocido por los principales líderes políticos y candidatos el mismo día de la votación. Luis Abinader, presidente reelecto del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se declaró ganador y celebró la organización impecable de la jornada electoral.
El PRM obtuvo las principales posiciones en el Congreso, con una mayoría significativa de senadores y diputados, así como un notable avance en alcaldías y distritos municipales en las elecciones del 18 de febrero. Este triunfo representa un gran reto para Abinader, quien, a partir del 16 de agosto cuando tome posesión, tendrá la oportunidad de cumplir con las obras pendientes y prometidas a las provincias dominicanas, muchas de las cuales ya están en marcha.
Los senadores y diputados electos tienen la responsabilidad de legislar con eficacia, incluyendo la culminación del Código Penal dominicano. En cuanto a la provincia de Puerto Plata y Santiago, hay grandes expectativas de que se materialicen proyectos importantes como el desarrollo de Punta Bergantín, la autovía del Ámbar, el hospital traumatológico en Sosúa, y la sustitución de los vertederos por rellenos sanitarios.
Felicitaciones a todos los dominicanos por su ejemplar comportamiento cívico y democrático. Que las promesas anheladas se hagan realidad en cada rincón del país.