El cumplimiento riguroso de la cuota de género del 60/40 para candidatos a diputados ha revolucionado la dinámica política, generando una competencia más equilibrada y diversa en las boletas electorales. A pesar de algunas tardías oficializaciones de candidatas, su presencia está transformando el panorama que, hasta hace poco, estaba dominado exclusivamente por hombres.
El requisito de asignar un 60% para hombres y un 40% para mujeres en las candidaturas ha dado lugar a una mayor inclusión femenina, aunque persisten desafíos para estas últimas, que históricamente han enfrentado una desventaja en el ámbito político. Esta modalidad exige que, en lugares con cinco candidatos, se aplique la proporción establecida, mientras que en circunscripciones con seis candidatos se aporten tres mujeres y tres hombres.
En la circunscripción uno, donde hay cinco candidaturas, la distribución es de tres hombres y dos mujeres, mientras que en la circunscripción dos, que abarca varios municipios, se asignan tres candidaturas para cada género. Destacan las repetidas postulaciones de Lidia Pérez por el PRM e Irania Rivera por la Fuerza del Pueblo, esta última siendo candidata ganadora del PLD en 2020.
En las pasadas elecciones del 2020, tres hombres y una mujer fueron elegidos como diputados en la circunscripción uno, mientras que dos hombres ocuparon dicha posición en la circunscripción dos. Para estas elecciones, hombres como Johnny Medina y Emil Durán, del PRM, repiten sus candidaturas, junto a Lidia Pérez, quien busca su primer mandato como diputada.
El escenario se complejiza con la inclusión de nuevas figuras femeninas, como Glenis Vargas y Fiordaliza Estévez, que podrían alterar el equilibrio de votos de los ganadores de 2020. La competencia se intensifica con esta nueva configuración, reflejando un avance hacia una representación política más equitativa y diversa en la República Dominicana.