Pocos políticos han sentido más en carne viva las veleidades del cambio de afectos, “los ataques feroces”, como dijera Peña Gómez, de antiguos camaradas, miembros del politburó, el Comité Político del PLD, se formó inspirado en el organismo soviético de ese nombre, e incluso de subalternos de diferentes épocas, como el doctor Leonel Fernández.
Una cosa tiene, quien fuera líder del PLD por más de 20 años y ahora de la Fuerza del Pueblo, una flema, una coraza, a la que parecen resbalarle ataques frontales o sutiles de diferentes personas.
En estos días, el avispero verde se ha encendido con un debate, a todas luces extemporáneo y probablemente innecesario; la discusión sobre si el candidato del 2028 debe ser Leonel Fernández o su hijo Omar.