tria Azucarera Factor Determinante en el Proceso Migratorio Haitiano

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La Industria Azucarera Factor Determinante en el Proceso Migratorio Haitiano
Cheo Lagombra
Como consecuencia de la lucha entre los imperios europeos a partir siglo XVI por ocupar territorios
en las nuevas tierras que esos imperios llamaron el Nuevo Mundo, la isla de Santo Domingo quedó dividida
en dos naciones con patrones culturales diferentes.
Ahora bien, somos una nación migratoria en dos vías. Más de un millón de dominicanos viven en los
EEUU, a esto hay que sumarle las migraciones a Puerto Rico, América del Sur y Europa principalmente a
España. En Puerto Plata hay muchos descendientes de los procesos migratorios, solo hay que echar una
ojeada a muchos apellidos. De la cantidad de inmigrantes del vecino país no se tienen datos exactos, cada
día observamos en los medios de comunicación que las autoridades organizan redadas y se producen
deportaciones masivas cada mes, pero mientras más deportan más ingresan de forma ilegal, porque casi
diario vemos como las autoridades detienen automóviles para 6 pasajeros con hasta 20 inmigrantes, después
de haber pasado varios retenes, y estos no ingresan por túneles, sino caminando por los pasos fronterizos
como Juancito el Caminador, eslogan que utilizaba una reconocida marca de bebida alcohólica
internacional. Los problemas sociales y económicos que nos aquejan a ellos y a nosotros,
son el resultado de un origen histórico complejo, como resultado de estilos de desarrollo diferentes que
han conducido a desigualdades de crecimiento en ambas sociedades. Algunas potencias del grupo de los
siete aspiran a que nuestro país asuma unas responsabilidades que no estamos en condiciones de asumir.
Pretender que millones de haitianos se conviertan en refugiados destruiría el tejido de nuestra sociedad y no
resolvería el problema de ellos ni de Haití. Los EEUU y otras potencias asociados con la ONU ejercen
presión tras bastidores para que una sociedad del tercer mundo como la nuestra sea la única
responsable de resolver los problemas del vecino país, pero al parecer han olvidado que los
antecedentes en materia migratoria comenzaron precisamente con un proceso de constitución de
grandes plantaciones azucareras en el Este de capitales extranjeros que a principios del siglo pasado
articuló un mercado laboral en la isla. El principal capital era norteamericano ligados a las firmas que
compraban el azúcar dominicano, así como empresarios alemanes, italianos y franceses.

Después de la intervención norteamericana en 1965, y como
ellos estaban participando en el conflicto de Vietnam los precios del azúcar se dispararon y como este era
nuestro principal producto de exportación y ellos el principal mercado, se produjo un boom en la industria
azucarera por la gran demanda del producto por el aumento de la cuota azucarera que era un instrumento de
mercado que asignaban a los países del Caribe con precios superiores a los del mercado, esa gran demanda
contribuyó a que la producción azucarera nacional dividida entre la Gulf and Western hoy Central Romana,
el Grupo Vicini y el CEA con sus 12 ingenios aumentaran su producción y se produjera una gran demanda
de cortadores de caña que solo Haití la podía proporcionar a precios bien bajos. El protocolo para la
importación de esos esos obreros se hacía a través de un acuerdo entre los dos gobiernos que se establecía
que al final de la zafra serían repatriados, esos obreros tenían sus documentos, pero como el costo de

producción del CEA era más elevado el emporio azucarero estatal contrataba obreros fuera de esos
convenios con salarios más bajos, pero a diferencias de los otros estos eran indocumentados, y se les
permitía traer sus mujeres y sus hijos lo que significaba una inmigración ilegal. Al terminar la zafra en los
ingenios esos trabajadores se quedaban en los bateyes y procreaban hijos, hoy sus hijos y sus nietos son los
que reclaman la nacionalidad dominicana razón por la cual el Comisionado de los de Derechos Humanos
nos acusa de crear apátridas. Pero las situaciones
cambian, los norteamericanos comenzaron a producir azúcar a partir de un sirope de maíz, lo que significó
que la demanda en el mercado de ese producto disminuyó significativamente pero el proceso migratorio se
mantuvo, ahora esos inmigrantes se dedican a las labores agrícolas en plantaciones no azucareras y otros a
la industria de la construcción. Haití y la República
Dominicana están vinculados por realidades antiguas y arraigadas que sin duda serán difíciles y quizás
imposibles de desmantelar a corto o mediano plazo. Una de esas realidades es la presencia de una densa y
consolidada población de origen haitiano como resultado de más de un siglo de migración. La verdad es
que ni ellos se van a mudar a otro espacio geográfico ni nosotros tampoco, estamos condenados a ser
vecinos, pero además ellos son nuestro segundo socio comercial, hasta bacalao que no producimos se lo
vendemos a ellos. Ahora bien, el Estado dominicano conjuntamente con los dueños de plantaciones y las
empresas constructoras son los responsables de esta problemática migratoria.