La Junta Central Electoral (JCE) ha sido objeto de críticas por su política de exclusión de medios de comunicación regionales en las campañas de orientación a los electores. Se argumenta que esta práctica continúa sin cambios, ya que la JCE no incluye en sus promociones a los medios de provincias y municipios que cuentan con seguidores propios y que raramente son escuchados por los medios de la capital, enfocados principalmente en las informaciones de Santo Domingo y sus municipios.
Los críticos consideran un error esta política de la JCE, ya que el organismo debería garantizar que la información llegue a todo el país, especialmente en tiempos de elecciones, buscando fomentar la participación masiva y prevenir la abstención por falta de conocimiento. Advierten que la exclusiva divulgación de información y publicidad podría ser interpretada por partidos de oposición como una estrategia para favorecer a ciertos candidatos o partidos políticos.
Este señalamiento surge de observadores externos, ya que los propios partidos o sus dirigentes no se atrevían a hacerlo. La falta de información directa a los ciudadanos por parte de los partidos, que parecen carecer del tiempo necesario para abordar las preocupaciones de sus seguidores, contribuye a esta controversia. Las críticas indican que las reuniones se limitan a las principales autoridades del partido, sin la participación de los miembros de la base, lo que podría estar afectando la transparencia y la inclusión en el proceso electoral.
