El domingo 22 de mayo de 1960 Chile sufrió el terremoto más fuerte del que la historia tenga registro.
Eran las 3:11 p.m. y durante cerca de 10 minutos se sintieron sacudidas feroces a lo largo de mil de sus casi 5 mil kilómetros de costa en el Pacífico.
Con su magnitud de 9,5, el sismo liberó energía equivalente a 20.000 bombas de Hiroshima y causó un tsunami con olas de hasta 25 metros que causaron devastación y sepultaron poblaciones costeras.
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Se calcula que murieron más de 1.600 personas, hubo 3.000 heridos y 2 millones quedaron sin hogar en el sur del país, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
La geografía de Chile cambió. Hubo poblaciones que se hundieron y otras zonas se levantaron varios metros; un volcán hizo erupción y varios ríos cambiaron su cauce.