Hace exactamente cinco años se los vio juntos por última vez en el Congreso del Partido Comunista. Raúl Castro levantó el brazo con el puño cerrado de su hermano Fidel, flanqueados por los demás dirigentes que cantaban La Internacional, el himno que identifica a los obreros del mundo, con un cartel sobre el triunfo del socialismo como telón de fondo.
Y muchos se preguntan si el próximo Congreso, que se inaugura el viernes, será el último también de Raúl Castro al frente de la poderosa organización política cubana como él mismo lo anunció para dar lugar a líderes más jóvenes a cargo de la institución que ha regido los destinos de la nación caribeña desde los años 60.
El foro tendrá lugar en medio de la peor crisis económica en tres décadas que padece la isla a raíz de las duras sanciones de la pasada administración estadounidense de Donald Trump y la pandemia del nuevo coronavirus. También se desarrollará en momentos en que las redes sociales inciden cada vez más en la relación de la ciudadanía con las autoridades y el partido.