Pablito Cabrera: Otro gran atleta del béisbolque espera por la inmortalidad.

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Se suma a decenas de atletas que han visto “matar”
generaciones y esperan su ponderación

SANTO DOMINGO. Cuando se acerca la fecha para la celebración del
ceremonial que llevará nuevos miembros a la inmortalidad, son muchos los
atletas que consideran que tienen un “nicho” ganado en ese templo.

Pablo -Pablito- Cabrera es uno de ellos. Por toda una década el segunda
base de la selección nacional, con experiencias en juegos
Centroamericanos, Panamericanos y Series Continentales y Mundiales
de béisbol amateur.
La historia del béisbol dominicano refleja a abundancia de buenos
jugadores del cuadro, en todos los niveles y época, en la pelota civil y en
la militar.
Quien no recuerda las hazañas de Fidel Mejía, Juan –Piñao- Ortiz, el
mejor receptor de todos los tiempos en la pelota amateur, Iván Crispín,
Miguel Cabreja, Enrique –Quique- Cruz, y Orlando –Bebe- Guerrero,
todos miembros del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, que
fueron estrellas en la época hasta el 1995.
A esa lista debemos agregar a un espigado intermedista que por más de
10 años nos representó en eventos regionales y mundialistas y que fue
parte del equipo que logró la medalla de plata en los Juegos
Panamericanos de Ponce-Puerto Rico en el 1979, cuando fuimos
superamos solo por Cuba y superamos a Estados Unidos y otros equipos
potencias de la época.
En Colombia fue parte del equipo “Todos Estrellas”, además de
batear de hits en siete turnos consecutivos, incluyendo seis en un
partido. En el círculo Deportivo de las Fuerzas Armadas y la Policía
Nacional estableció récord de más partidos bateando de hits con 42.

En uno de esos eventos, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de
Cartagena/Colombia de 1978, además de ser parte del equipo “Todos
Estrellas”, puso su nombre en los libros de récord del béisbol de la época
cuando logró siete hits en siete turnos consecutivos, incluyendo seis en
un partido.
Fue además miembro del mejor equipo de los últimos 20 años,
reconocido así por la Federación Dominicana de Béisbol, y él premiado
en particular por el presidente del Comité Olímpico de la fecha, el doctor
José Joaquín Puello Herrera, hecho ocurrido en el año 1990, en una
actividad organizada por Don Eloy Rodríguez.
Cabrera fue ese jugador, motivador, líder en el club-house, tanto así que
cuando decidió retirarse del béisbol, fue enviado a dirigir el equipo de
sóftbol molinete de la Policía Nacional, colores que defendió en la pelota
del Círculo Deportivo Militar y donde escribió su nombre en los libros de
récord del mismo.
Sin menospreciar los niveles de los jugadores del presente, Cabrera
destaca la calidad del béisbol de su época, aunque reconoce el nivel de
los peloteros criollos que han llegado a ser estelares en las Grandes
Ligas.
Añora la pasión, el orgullo y el patriotismo con que se jugaba la pelota de
su tiempo “donde primero estaba el orgullo por representar el país, por
lucir el escudo dominicano en playas extranjeras”, sentenció Pablito
Cabrera, quien por toda una década fue parte del equipo dominicano.
Además de brillar con la selección de béisbol, Cabrera fue durante
muchos años miembros del equipo de béisbol de la Policía Nacional y en
algún momento se desempeñó como manager de la escuadra de sóftbol
de la institución del orden público.
Recuerda con orgullo las ocasiones en que le correspondió representar
al país en competencias internacionales. ?
En su memoria está presente un torneo de béisbol de los Juegos
Deportivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional donde conectó
de hit en todos los partidos de la serie regular, se la semi final y de la

final, lo cual es un récord que todavía no ha sido suplantando en el
circuito militar.
Espera por la inmortalidad
Pese a que no ha sido ponderado, considera que tiene un espacio
asegurado en la inmortalidad del béisbol, “ya que todos mis compañeros
han logrado la exaltación”.
Se refiere a jugadores contemporáneos, miembros de selecciones
nacionales, junto y después de él, como el caso de Piñao Ortiz, Mejía,
Bebé Guerrero y Maney Cabreja.
“Ellos son meritorios, como yo hicieron su historia en el béisbol
aficionado y en su momento fueron ídolos que motivaron a cientos de
jóvenes, su inmortalidad no es cuestionable”, sentenció Cabrera.