Fue penoso que el ex otras poderoso senador de la provincia, nativo del municipio de Imbert, presidente provincial único que ha tenido el Partido de la Liberación Dominicana, abogado, ex fiscal de Puerto Plata y ex diputado, no haya podido pasar a ser candidato nuevamente, fruto de su comportamiento ante los demás, incluyendo personas ligadas estrechamente al partido de la Liberación Dominicana como el señor Enésimo Reyes, miembro prominente el comité Central quien fue nombrado director general de Aduanas de Puerto Plata y pocas horas debutando” por gestiones realizado por el otrora poderoso senador, amigo protegido por Leonel Fernández cuando era presidente.
Desafortunadamente la Junta Central Electoral le ha dado ganancia de causa al candidato danilista y ex ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, lo que indica que el amigo de Francis Vargas no será el candidato del 2020.
Lo contrario sucedió con Javier Clark que se propuso alcanzar la candidatura senatorial por el PLD, fue bloqueado en varias oportunidades, incluyendo cuando sucedió el arreglo del Comité Político que dejó como candidatos a todos los del PLD que estaban activo, incluyen a Clark y al propio senador Francis Vargas, pero perdió de José Ignacio Paliza del Partido Revolucionario Moderno .
Johnny Medina, médico humanitario que pasó exitosamente por la dirección del Hospital Ricardo Limardo, quien llegó desde el partido de la Liberación Dominicana porque el y su hermano Juan eran perseguidos por Francis Vargas para que no fueran candidato.
Juan Medina ganó en el 2016 con la mas alto votación en los municipios de la parte baja, Imbert, Luperón, Villa Isabela, Los Hidalgos, Guananico y Altamira con sus ochos distritos municipales. Johny sucumbió luego del recoleto de los votos en el municipio de Montellano pero continuó haciendo campaña en el PRM y ahora ha resultado el mas votado para ser candidato en las elecciones 2020.
Vale decir que el candidato pierde no debe buscar otra causa que no haya sido su propio comportamiento, conducta ante los demás, especialmente su correligionarios, alejándose de ellos, cerrándoles las puertas de su casa y ni siquiera responder el teléfono y cuando lo hacia prometía y no cumplía.
No obstante, no existe edad para reivindicarse y aceptar que la política hacia los demás no fue la mejor y que rectificar es de sabio que podría haber cometido un error por los malos consejeros o quienes formaron parte de su entorno que en vez de ayuda lo alejaron de los demás.