Los secuestros y la inseguridad convierten a muchos haitianos en ilegales en su propio país, porque en pueblos como Ouanaminthe, Lemonade, Trou Du Nord, Fort Liberté, Millot, Acul de Pins, Sabane Langue, Sabane Au Laint, Gens de Nantes y otros, desde que ven un desconocido pernoctar en sus lugares, lo rodean, lo apresan y lo entregan a la Policía haitiana para fines de investigación.
Algunos de los extraños son golpeados por las multitudes.
La Comisaría de la Policía en el Norte de Haití aduce que debido a que muchos de los integrantes de las bandas criminales que se dedican al secuestro, asaltos, saqueos de vehículos han tenido problemas con los cabecillas y otros miembros, han tratado de escapar y refugiarse en pueblos cerca de la frontera dominicana.
La Policía haitiana estima como buena y valida la decisión de la gente de atrapar a extraños en sus comunas y que luego los entregan a la Policía para investigarlos.
“Lo que pasa es que hemos tomado medidas serias en contra de esas bandas porque tenemos informes de que muchos que han desertado de las mismas tratan de refugiarse en pueblos cercanos a la frontera dominicana y otros tratan de escapar al vecino país(RD) y los estamos atrapando”, dijo a periodistas fronterizos un oficial de la unidad anti secuestro de la Policía de Ouanaminthe.
Refuerzan vigilancia
Mientras del lado dominicano la vigilancia ha sido reforzada con nuevos vehículos, equipos y mayor cantidad de militares, ante cualquier eventualidad.
Los soldados del Ejército dominicano y del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza (Cesfront) recorren la zona las 24 horas del día, para garantizar la seguridad de la frontera.
Autoridades haitianas han alertado sobre el interés de muchos desertores de esas bandas criminales de su país, de ingresar clanadestinamente a territorio dominicano, para evitar represalias de sus jefes e integrantes tras su deserción y la persecución de la Policía y la justicia de su país.
Muchos dominicanos han comenzado a tomar medidas de precaución a la hora de entrar a Haití, debido al incremento de los secuestros y la ola de violencia que azota a la vecina nación.
Igualmente, se han incrementado los saqueos a camiones, patanas, tanqueros y los asaltos masivos a pasajeros en autobuses.
El último de estos casos se produjo el 8 de este mes cuando un autobús de la compañía Metro con doce pasajeros fue secuestrado por el grupo armado 400 Mawozo, en la comuna de Croix-des-Bouquets.
Medidas en Juana Méndez
Desde que un desconocido llega a Juana Méndez, la gente lo persigue, lo analiza, lo estudia, lo ve, lo persigue sigilosamente. Él no se da cuenta, pero lo siguen viendo y a la vez, siguiendo todos sus pasos, es decir, lo que hace en la vecindad.
“Le preguntamos, que quién es y que muestre su identidad personal y de lo contrario se lo entregamos a la Policía Haitiana, que de inmediato le entra a palos para que hablen”, dijo Renso Pierre, un dirigente comunitario de Acul des Pings.
Pierre significó que desde que asesinaron al presidente Jovenel Moise, en Haití, nadie está seguro.
“Es un caos, un desorden lo que se vive en mi país, da pena decirlo, pero los haitianos no encontramos qué hacer, queremos correr y dejar los nuestros abandonados, las calles son de los delincuentes, las personas serias no tenemos escapatoria”, se quejó.
SEPA MÁS
Pandilleros.
En los últimos seis meses al menos dos grupos de misioneros han sido secuestrados por bandas mientras estaban, llegaban o salían del territorio haitiano, como el caso del autobús dominicano, lo cual alimenta la hipótesis de que los misioneros que visitan el lado occidental de la isla son piezas de una “industria” en la que se intercambian sus vidas por dinero.
Vigilancia militar.
Ayer el mercado fronterizo de Perdenales desarrolló sus operaciones comerciales entre ciudadanos haitianos y dominicanos bajo vigilancia militar, para evitar la penetración de extranjeros sin documentos de identidad, así como el ingreso de bandas delictivas haitianas a suelo dominicano