Padres e hijos, hermanos y primos; familias enteras apostaron y sacrificaron todo por aquel 14 de junio de 1959 con el único objetivo de derrocar al tirano Rafael Leónidas Trujillo, quien llevaba en ese entonces 29 años de férrea dictadura en República Dominicana.
Una de esas familias que entregaron hasta lo último que tenían por la libertad de su pueblo fue la de Juancito Rodríguez, un rico hacendado que en 1946 decidió partir hacia el exilio y financiar las expediciones de Cayo Confites, en 1947, y Luperón, en 1949, ambas fracasadas por delaciones internas y traiciones.
“El general Juancito”, como le llamaban, no se cansó de combatir al dictador Trujillo y a pesar de esos fracasos no se detuvo hasta pasarle la antorcha a su hijo, José Horacio Rodríguez Vásquez, un reputado abogado y economista que siempre abrazó los ideales democráticos de su padre.
Rodríguez Vásquez también había participado en la expedición de Luperón y fue el comandante del desembarco de 144 hombres por Maimón y Estero Hondo, el 20 de junio, seis días después del aterrizaje por Constanza ocurrido el 14 de junio de 1959, hace 61 años.