La pandemia del coronavirus está a punto de remodelar el mapa político de Estados Unidos, afectando gravemente a los estados que son campos de batalla cruciales hacia la Casa Blanca, para alarma de los republicanos que ven los primeros indicios de una elección que podría ser un referéndum sobre la manera como que el presidente Donald Trump ha manejado la crisis.
La pandemia, que ha matado a más de 30.000 estadounidenses y dejado a millones sin trabajo, ha destruido las esperanzas de Trump de presentarse a la reelección con una economía fuerte. Varios estados que ganó en las elecciones de 2016 podrían inclinarse ahora hacia los demócratas.
En Florida, un gobernador republicano estrechamente alineado con Trump ha sido objeto de críticas por su tardanza en tomar medidas para detener la economía del estado. En Wisconsin, el ganador demócrata en la contienda por la Corte Suprema de la semana pasada capturó 28 condados, por encima de los 12 que Hillary Clinton ganó hace cuatro años. En Michigan, una gobernadora demócrata ha visto aumentar su índice de aprobación en el contexto de una pelea con Trump. En Arizona, las bajas calificaciones de Trump bastarían para convertir el tradicional baluarte republicano en un desastre.