Este miércoles, Estados Unidos conmemora el sexagésimo aniversario del asesinato del expresidente John F. Kennedy, una figura que sigue capturando la imaginación colectiva y la nostalgia en la cultura popular estadounidense. A pesar de que cada vez son menos quienes vivieron ese trágico día, el presidente sigue siendo el expresidente más popular, según un reciente sondeo de Gallup, con un impresionante 90 % de aprobación.
El asesinato de Kennedy, ocurrido en las calles de Dallas (Texas) hace seis décadas, sigue siendo el crimen político más destacado del siglo XX en Estados Unidos. Diversas instituciones, como el Centro Kennedy de Washington, la Biblioteca Presidencial Kennedy de Boston y el Museo del Sexto Piso de Dallas, han organizado eventos conmemorativos para honrar su legado.
En Washington, se ha inaugurado la exposición permanente “Artes e Ideales”, que utiliza tecnología digital de vanguardia para explorar cómo las artes influyeron en la presidencia de Kennedy (1961-1963). En Boston, su ciudad natal, se exhiben artículos de su funeral y otros recuerdos en una exposición temporal. Mientras tanto, en el museo de Dallas, la exhibición “2 días en Texas” repasa las últimas horas del expresidente recorriendo el estado sureño.
A pesar del aniversario, la atención se desvía hacia la polémica campaña presidencial de Robert F. Kennedy, uno de sus sobrinos, quien comenzó compitiendo en las primarias demócratas y, en octubre, optó por postularse como candidato independiente. La familia Kennedy, en su mayoría, ha rechazado esta candidatura que, bajo el histórico nombre de la saga política, abraza teorías conspirativas y promueve el movimiento antivacunas.
La efeméride también ha traído nueva información relacionada con el asesinato de Kennedy. El exagente del Servicio Secreto Paul Landis, testigo clave de aquel día, ha roto su silencio de décadas con sus memorias “Último Testigo”. Landis cuestiona las conclusiones de la Comisión Warren, sugiriendo la posibilidad de un segundo tirador.
Aunque estas revelaciones no resolverán el misterio del asesinato, alimentan las teorías que han perdurado décadas, desde un complot de la CIA hasta un plan del entonces vicepresidente Johnson, una operación del KGB o incluso una venganza de la mafia.