El tiempo ha cambiado y no por la existencia de la pandemia Covid-19, sino por dejadez, ignorancia y falta orientación a las generaciones.
Con la desaparición de gran cantidad de tradicionales sindicalistas con el tiempo ha ido muriendo el interés, entusiasmo y deseo de mantener en alto la lucha de los trabajadores que comenzó a celebrar en todo el mundo para conmemorar la matanza de los trabajadores cuando demandaron en Chicago, Estados Unidos, no fueran 12 horas diarias de trabajo, sino ocho.
Sucedió el primero de mayo de 1888 y en esa misma fecha se realizan manifestaciones en el mundo y marchas que recorren las calles de las ciudades. En América Cuba se destacaba con la gran manifestación en la plaza de la Revolución. Políticos dominicanos disponían que organizaciones dependientes u orientadas en el orden sindical, organizaron manifestaciones donde tomaban parte como oradores en las multitudes.
Poderosas empresas nacionales ofrecían el día libre, organizaban fiestas y comidas acompañado de bebidas alcohólicas que contribuyeron a distraer la atención y participación en manifestaciones de los trabajadores.
Puerto Plata no era la excepción y como en otros lugares celebran actividades, hoy día todo ha cambiado y ni siquiera celebran ni recuerdan que el primero de mayo es el día del trabajo en el mundo, menos en Estados Unidos, justo donde se produjo la matanza de los que reclamaron y en en vez de 12 horas solvente fueron ocho en el día para los trabajadores de todos los lugares.