El Peligro del Tránsito en las Zonas Escolares
Cheo Lagombra
Con el inicio del año escolar en las escuelas y Liceos de la zona urbana de Puerto Plata se
crea un estrés para padres, docentes y directores durante los nueve meses que dura ese periodo,
porque cada mañana a la hora de entrada y ni hablar de las horas de salidas, se produce un
aumento en el flujo del tránsito en las vías cercanas a la ubicación de los centros educativos.
¿Por qué se crea esta situación? Porque los centros educativos se construyeron sin
tomar en cuenta el acelerado proceso de urbanización horizontal sin ningún control que se ha
registrado en desde finales del siglo pasado en Puerto Plata, y solo se perseguía cumplir con el
compromiso social de construir una escuela.
El martes 11 de la pasada semana ocurrió un accidente a la hora de salida de un
centro educativo en la comunidad La Garita del Distrito Educativo 14-04 del municipio de
Sánchez en la provincia de Samaná. Dos niñas y un conductor fallecieron y hay muchos heridos.
El diseño y la ubicación de las plantas físicas de los centros educativos constituyen el
recurso físico básico para la realización de las actividades de enseñanza-aprendizaje y de gestión
que requiere el sistema educativo. Sus características más importantes se revelan en la ubicación
de esos espacios, razón por la cual las relaciones de las distintas actividades que se realizan en un
plantel escolar deben hallar en ese espacio una reducción de los riesgos asociados a la ocurrencia
de accidentes de vehículos alrededor de las escuelas, en razón de que deben ser espacios de
aprendizajes y vida más seguros.
Por razones de espacio solo voy a referirme a cuatro centros educativos construidos en el
Polígono Central del municipio, tres de ellos que son el Liceo José Dubeau que se encuentra en la
José Eugenio Kunhardt esq. Pedro Clisante, en esa intersección existe un semáforo. El Liceo
Gregorio Urbano Gilbert se encuentra también en esa vía. En ambas vías los vehículos circulan
en dos direcciones. La Virginia E. Ortea fue construida en la calle Pedro Clisante, pero tiene un
elevado para peatones que disminuye los riesgos. Esos tres centros fueron construidos antes de
entrar en vigencia las nuevas disposiciones sobre el diseño y ubicación de la construcción de
escuelas. Pero no hay ninguna señal vertical que les avise a los conductores que deben reducir la
velocidad puesto que se encuentran en una zona escolar, ni tampoco existen reductores de
velocidad Pero el Liceo Eduardo Brito es un ejemplo de contradicción del Decreto 305-06 que rige ese
tipo de construcción. En los horarios de entrada y salida de ese centro educativo se acumulan los
motoconchos, automóviles y estudiantes. Bocinazos, camiones de doble eje, furgones y estacionamiento
en doble fila son parte de la escena de peligro que se vive todos los días.
Algunos padres que llegan en sus vehículos a dejar a sus hijos, se estacionan en el carril derecho a la
entrada del centro educativo y la avenida se vuelve angosta, pasa de dos carriles a uno y se producen
zigzagueos, pero también hay padres que dejan a sus hijos en el carril derecho de la mediana opuesto a la
entrada y hay estudiantes que llegan solos, y muchas veces atrasados, y tratan de cruzar la avenida
apresurados, cruzando por zonas no permitidas, mientras los vehículos no disminuyen su velocidad, esta
es una escena muy recurrente.
No hay una señalización vertical que anuncie la cercanía a ese Liceo y/o marcados viales de
superficie como las cebras, ni reductores de velocidad para que los conductores tomen las medidas de
precaución y reduzcan la velocidad. Lo ideal sería después de un estudio, un paso de peatones exclusivo,
ya que el centro educativo se encuentra en una sección de la avenida sin ninguna vía de intersección y se
podría colocar un semáforo que active las luces rojas y amarillas intermitentes dirigidos desde el Liceo.
Pero de nada valdría sin la implementación de un programa de educación vial no solo para los estudiantes
sino también en la escuela de padres de ese Liceo.