Haber sido electo un candidato político no puede ni debe considerarse un líder, máxime cuando se establece que son muchos los necesitados que esperan tiempos de campaña electoral para recibir o aceptar dinero de algunos o varios candidatos.
La modificación o creación de leyes especializadas como de régimen electoral, podría frenar en parte, pero no totalmente para frenar la “prostitución política electoral de entregar dinero o regalos “envenenados” con miras a que sean favorecidos con el votos los candidatos que se prestan para entregar a los electores recursos aprovechándose de la necesidad.
No se da en todos los niveles, pero sí en candidaturas municipales, congresuales y se practica olímpicamente como si se tratase de un deporte popular.
El Tribunal constitucional aceptó las observaciones que hicieron dirigentes políticos para que se aplicado lo establecido por la ley de régimen electoral; 15-19 para que se aplique en la votación del 5 de julio el no arrastre de candidaturas, lo que significa que los electores tendrán la oportunidad de votar por uno de los candidatos presidenciales, por un senador y por un diputado en cualquier circunscripción del país, poniendo a prueba quienes son lidere, populares o candidatos bien valorado medido por el gran respaldo con las votaciones.
En otrora era fácil ganar mediante el arrastra y se auto calificaban con líderes candidatos electos diputado , senador , síndico y regidor. Esta vez, en las elecciones del 5 de julio, pro primera vez todos debieron buscar sus votos de los contrario podría quedarse “con la carabina al hombre” y ante los electores de su municipio, circunscripción o provincia, quedarán con “la cara larga” a ser defraudados con baja votación obtenida.
Por su parte los resulten ganadores “ha sido el esfuerzo realizado, la popularidad, credibilidad de los electores” no fruto del arrastre de votos emitidos por personas que estuvieron en contra de su candidatura pero que se vieron obligados a echar el voto por otro candidato lo incluya con del arrastre.
Hay que esperar los resultados de las elecciones que comenzarán a darse la misma noche del cinco de julio por la Junta Central Electoral.
