Editorial Reapertura del turismo

0
638

 

El presidente Luis Abinader y el ministro de turismo, David Collado han mantenido en alto el optimismo luego de hacer el llamado a los hoteles para que abran sus puertas.  El optimismo caracteriza  a los triunfadores que tienen que enfrentar riegas tras el interés, el propósito de lograr el objetivo planteado.   República Dominicana ha dependido económicamente del movimiento turístico internacional y   nacional, paralizado como consecuencia de la pandemia mundial del virus   Covid-19, que no es para siempre que está siendo manejado exitosamente por las autoridades de Salud Pública, lógicamente que debe producirse el mantenimiento de los ciudadanos disciplinario. El covid-19 lo ha cambiado todo y ese régimen ha de continuar hasta lograr la aparición de la vacuna que proporcionará libertad de contaminación.
La decisión del presidente de la República, la vigilancia del ministro de Turismo al protocolo sindicado, ha sido una observación ciudadana y segura luego de haber hecho el llamado oficial para iniciar el primero de octubre, próximo el inicio de la temporada alta del turismo que comienza en noviembre.
La confianza deposita del gobierno en los hoteleros debe motivar a  los tours operadores y manejadores internacionales que en los últimos años han captados   miles de visitantes a la República Dominicana.
Con la reapertura este primero de octubre, el ministro de Turismo David Collado ha dicho que tiene programado recibir por los menos 400 mil turistas.
Hoteles acondicionados,   inversionistas motivados y optimistas,  gerentes que no han descuidado el mantenimiento, empleados de todos los departamentos contestes con la disposición  dispuesta por  el gobierno y un pueblo ávido de volver a favor en las los hoteles y las calles de los polos turísticos llenos de turistas que hace sentir la celebración de la economía dominicana.
La seguridad del país habrá de ser aceptada por los visitantes extranjeros y dominicanos, que serán    protegidos, seguros en la salud y recibiendo la    hospitalidad que caracteriza a los dominicanos y especialmente  los puertoplateños.
El triunfo será del país y por ende, de todos los dominicanos, adelante, pues.