De regreso al campo.
Al lado de la palmera, allí quiero mi bohío; cobijado de yaguas y rubias canas, a la orilla del río,
donde los árboles bailan con el viento y la leña del fogón huele a café. Ahí tengo mi pilón, el hacha,
el macuto, el andullo, la hamaca y el machete. Qué me despierte el canto de un gallo o el relinche
del caballo. Quiero el néctar de la colmena donde danzan y susurran las abejas, tomar el agua
fresca de la tinaja, de la noria o un cristalino manantial. Observar las crisálidas saliendo del
capullo; ver la luz reflejada en una hoja y el sol acostarse entre las palmas reales. Donde los
pichones de tórtolas, desde la cima del árbol, vigilan silentes al lago y las ciguas palmeras con su
cantico armónico abrazan al campesino en su labranza en cada jornada. Las árganas galopantes
conducen mis pasos hacía el paraíso, donde la sonrisa de una mujer es más bella que el alba, ahí
quiero ser semilla en los surcos del arado y conucos sembrados para cosechar suculentos frutos.
Aunque llueva o haga seca allí quiero escuchar el latir de la tierra.
Esta es una producción del taller literario UASD Puerto Plata.