Sólo había transcurrido siete meses desde que una doctora, de 37 años, quien requirió mantener su nombre bajo anonimato, vivió la amarga experiencia por los síntomas y un diagnóstico positivo al Covid-19.
Para su sorpresa, el 22 de octubre pasado empezó nuevamente a presentar síntomas, aún más fuertes, y cinco días después recibió la confirmación que temía: otra vez positiva al virus.
En esta ocasión, además de ella, otros miembros de su familia también se contagiaron, incluyendo a su hijo, de nueve años, con diagnóstico positivo y su esposo y su otro niño, que aunque salieron negativos a la prueba diagnóstica también presentaron pérdida de olfato y gusto, el primero y dolor de cabeza el pequeño.
Ella es médico general y vive en un sector de Santo Domingo. En marzo pasado formó parte del grupo de servidores de una institución de salud diagnosticados como positivos al Covid-19. Presentó síntomas de dolor de cabeza, migraña, debilidad y cansancio.
Explica que el 16 de marzo tuvo contacto con una persona positiva y el día 25 empezó a presentar síntomas. En esa ocasión las muestras fueron tomadas en la casa por personal del Laboratorio Nacional y recibió la llamada del personal de Salud Pública dándole el diagnóstico positivo y seguimiento en el hogar. Tras superar los síntomas se repitió la prueba dando negativa el 15 de abril.
Desde entonces retomó su vida laboral, extremando sus cuidados tanto en su vida personal como en el trabajo, incluyendo la desinfección de la computadora porque también es usada por otro empleado.