Rafael Díaz Gómez ?.
PUERTO PLATA.-La comunidad Católica arribará este 24 a la culminación del novenario de una de las vírgenes veneradas por los de la orden Católica, como es Nuestra Senora de las Mercedes, madre espiritual de los que profesan la fe católica.-?Una de las comunidades que con mayor fervor conmemora la fecha, el municipio de Imbert, perteneciente a la parte Oeste de la provincia de Puerto Plata, donde se centran las actividades iniciadas por nueve días, cerrando este 24 de septiembre con las fiestas culminación?En esta celebridad, también se incluye la atención a quien desde 1844, se determinó considerarla la “Patrona de la República Dominicana”, Nuestra Señora de las Mercedes o la Virgen de la Merced es la madre espiritual?Es las Mercedes, la santa más antigua tras poseer el título mariano la Merced que se remonta a la fundación de la orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España.
Tomado del digital: “Olimpus Digital Cámara, la historia recoge: “Piedad, perdón, compasión, misericordia, son sinónimos de la palabra Merced, las cuales definen la misión particular que le fue otorgada a la virgen, que era tener misericordia de los cristianos cautivos en manos de los musulmanes, muchos de ellos miembros de la orden que canjearon sus vidas por la de presos y esclavos.
La Virgen de las Mercedes no es solo adorada en República Dominicana, también países como España, Italia, Perú y Venezuela piden protección especial de esta santa.
La leyenda dice que la devoción de esta virgen en la isla de Santo Domingo se origina el 14 y 15 de marzo del 1495, al regreso de Cristóbal Colón luego del viaje donde descubrió a Cuba y Jamaica, donde encontró que el panorama estaba alborotado debido a las violaciones y robos cometidos por los suyos.?Ante los abusos cometidos por los españoles hacia los indios, una coalición entre los caciques, comandados por Maniocatex, hermano de Caonabo, aglomeró un inmenso ejército de indios en La Vega Real, para destruir las fortalezas y atacar la Isabela.?Según la leyenda, Colón inmediatamente se dispuso a combatirlos y al llegar sobre un alto cerro, a 5 Kilómetros de La Vega Real colocó una cruz de dos metros en el centro del cerro, improvisada con dos ramas de níspero.