El presidente Abinader ha cambiado la política exterior dominicana, frente a China Popular, Estados Unidos, Haití y Nicaragua sin que deje dudas sobre la capacidad que tiene su país de establecer independencia pero al mismo tiempo auto respecto en momentos difíciles.
Cambiar la política exterior no es fácil puesto que hasta viejos diplomáticos dominicanos estaban acostumbrados a que la República Dominicana haría, por ejemplo en el caso de Estados Unidos, justamente lo que podría interesarle a la política del Norte.
Al decidir un asunto fundamental de Estado, como fue comprar vacunas y jeringas por la pandemia COVID-19, el presidente Abinader posiblemente entendió que se perdería un tiempo precioso y muchas vidas mientras llegaban vacunas desde otros países.
Semanas luego de esa decisión es cuando Estados Unidos está proponiendo la venta o donación de vacunas de sus inventarios, mientras una parte de la población dominicana ya está cubierta con la vacuna china. El gesto de Abinader fue uno que no esperaba más demora