El PRM quiere matar al niño contento antes que balbucee, sin darse cuenta de que ya camina y no habrá castigo que lo detenga.

Que el primer caso se diera en Puerto Plata, y que prontamente reaccionara Paliza, que también es de Puerto Plata, lleva a suponer lucha interna. Nada que no pueda resolverse compartiendo baño en la Poza del Castillo.

La iniciativa de juicio y expulsión fue peor que el choteo del compañero que no pidió ni goloseó yipeta, pero que al ver la del alcalde, se la jondeó.

¿Por qué le toca pena, si lo suyo fue un gozo, y no sucede igual con quien machete en mano amenaza con dar planazos a propios que medien a favor de extraños? No se conocen los procedimientos, pero el sometimiento luce arbitrario y sumario, y que antes que rápida condena, procedería apoderamiento.

¿Dónde lo público, oral y contradictorio? La institucionalidad está sorprendida, y no esperaba que un hombre de leyes (abogado) o que hace leyes (senador) actuara con ligereza.

En un tiempo se decía que “para un Carta Real siempre alcanza”, ahora que para un recurso el TSE siempre está disponible.

¿Habrá de llegarse a tanto?