Ciudadanía y Responsabilidad: El Pilar de una Sociedad Justa

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Ciudadanía y Responsabilidad: El Pilar de una Sociedad Justa
Hilda Patricia Lagombra Polanco
En toda democracia, el equilibrio entre derechos y deberes ciudadanos es fundamental para
la convivencia pacífica y el desarrollo de una sociedad. La Constitución de la República
Dominicana establece con claridad estos principios, garantizando a los ciudadanos no solo
libertades fundamentales, sino también responsabilidades ineludibles. En este contexto, el
conocimiento de los derechos y deberes ciudadanos es un factor clave para la prevención
del delito y la consolidación del Estado de derecho.
Los derechos son garantías establecidas en las constituciones de todos los países para sus
habitantes, asegurando su dignidad y bienestar. Sin embargo, estos derechos van de la mano
con deberes que los ciudadanos deben asumir como retribución, con el fin de lograr el bien
común y posibilitar una convivencia social justa y armónica. Para que un ciudadano pueda
ejercer plenamente su papel en la sociedad, es imprescindible que conozca sus derechos y
sus obligaciones. La Constitución dominicana consagra derechos fundamentales como la
igualdad ante la ley, la libertad de expresión, el acceso a la educación y la seguridad
jurídica. No obstante, estos derechos solo pueden ser efectivos si la ciudadanía está
debidamente informada y educada en materia cívica.
El conocimiento de los derechos permite a los ciudadanos identificar posibles
vulneraciones y, por ende, protegerse y reclamarlos. Además, contribuye a fortalecer el
sentido de pertenencia a la comunidad y a desarrollar una actitud de respeto hacia los
demás. Por ejemplo, el derecho a la educación, establecido en el artículo 63, no solo
garantiza el acceso a la enseñanza, sino que también impone el deber de participar
activamente en el proceso educativo. De manera similar, el derecho a la seguridad personal
y al debido proceso, consagrados en el artículo 69, conllevan el deber de respetar las
normas jurídicas y contribuir a la paz social.
Si bien los derechos garantizan la dignidad y el bienestar de los ciudadanos, los deberes
constituyen la base de la responsabilidad cívica. Entre ellos se encuentran el respeto a las
leyes, el pago de impuestos, la participación en la vida democrática y la preservación del
medio ambiente. El artículo 75 de la Constitución dominicana establece que el
cumplimiento de los deberes ciudadanos es esencial para la estabilidad del Estado. Por
ejemplo, el respeto a los derechos ajenos es una condición indispensable para la armonía
social y la erradicación de la violencia. Asimismo, la responsabilidad de denunciar actos
delictivos o de corrupción refuerza la transparencia y la justicia.
La educación cívica desempeña un papel crucial en la prevención del delito. Una sociedad
informada y consciente de sus deberes es menos propensa a la delincuencia, ya que el
respeto por la ley y la convivencia pacífica se interiorizan desde una edad temprana. El
desconocimiento de los derechos y deberes fomenta la impunidad y la vulnerabilidad frente
a prácticas ilegales. Por ello, es fundamental que el sistema educativo y las políticas
públicas promuevan la formación cívica como un componente esencial del aprendizaje.
Esto no solo fortalece la identidad nacional, sino que también construye ciudadanos
responsables y comprometidos con el bienestar colectivo.

En definitiva, la construcción de una sociedad justa y equitativa depende del equilibrio
entre derechos y deberes ciudadanos. La Constitución dominicana proporciona un marco
sólido para garantizar estos principios, pero su efectividad radica en el conocimiento y
cumplimiento de los mismos por parte de la ciudadanía. La educación cívica, por lo tanto,
no es solo un derecho, sino una necesidad para fortalecer la democracia y prevenir el delito.
Así, la responsabilidad compartida entre el Estado y los ciudadanos se convierte en el
fundamento de una nación más segura y justa.