El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo una visita no anunciada a Ucrania

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo una visita no anunciada a Ucrania el lunes para reunirse con su homólogo ucraniano Volodymr Zelenskyy en una desafiante muestra de solidaridad con un país que está a punto de cumplir un año en guerra con Rusia.

“Un año después, Kiev resiste”, declaró Biden después de reunirse con Zelenskyy en el Palacio Mariinsky. Con un dedo alzado en gesto de énfasis en un espacio decorado con banderas estadounidenses y ucranianas, agregó: “Y Ucrania resiste. La democracia resiste. Los estadounidenses están con ustedes y el mundo está con ustedes”.

Biden pasó más de cinco horas en la capital de Ucrania. Se reunió con Zelenskyy, rindió homenaje a los soldados caídos del país y se entrevistó con el personal de la embajada estadounidense. En total estuvo en territorio ucraniano unas 23 horas, viajando en tren desde y hacia Polonia.

La visita se produjo en un momento crucial de la guerra, en el que Biden intenta mantener a los aliados unidos en su apoyo a Ucrania mientras ambos lados se preparan para lo que se presume serán nuevos combates con ofensivas de primavera. Zelenskyy presiona a sus aliados para que aceleren la entrega de sistemas armamentísticos prometidos, y ha pedido que Occidente proporcione cazas a Ucrania, algo que por ahora Biden ha rechazado.

El presidente estadounidense experimentó una muestra del terror con el que los ucranianos han vivido durante casi un año, cuando las sirenas de ataque aéreo aullaron justo cuando él y Zelenskyy terminaban una visita a la catedral de San Miguel.

Luciendo solemnes, continuaron imperturbables mientras colocaban dos coronas de flores y guardaban un minuto de silencio en el Muro del Recuerdo en honor a los soldados ucranianos muertos desde 2014, el año en que Rusia se anexó la península ucraniana de Crimea y estallaron los combates con separatistas prorrusos en el este de Ucrania.

La Casa Blanca no entró en detalles, pero el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan dijo que se notificó a Moscú de la visita de Biden a Kiev poco antes de su partida de Washington “con fines de distensión” para evitar cualquier error de cálculo que pudiera llevar a los dos países a un conflicto directo.

Biden anunció en Kiev una partida de 500 millones de dólares en ayuda estadounidense —adicional a los 50.000 ya otorgados_, que incluiría proyectiles para obuses, misiles antitanque, radares de vigilancia aérea y otra asistencia, pero no nuevas armas avanzadas.

Ucrania también ha pedido sistemas que permitan a sus fuerzas alcanzar objetivos rusos que se han alejado de las zonas del frente, fuera del alcance de los misiles HIMARS ya proporcionados. Zelenskyy dijo que había hablado con Biden sobre “armas de largo alcance y las armas que aún podrían entregarse a Ucrania, aunque no se hayan suministrado antes”, pero no detalló nuevos compromisos.

“Nuestras negociaciones fueron muy fructíferas”, añadió Zelenskyy. Sullivan no quiso dar detalles sobre posibles nuevas capacidades para Ucrania, pero dijo que hubo una “buena discusión” sobre el tema.

La misión de Biden con su visita a Kiev, antes de un viaje anunciado a Varsovia, era subrayar que Washington está dispuesto a mantenerse junto a Ucrania “todo el tiempo que haga falta” para repeler a las fuerzas rusas, aunque los sondeos de opinión pública apuntan a que el apoyo en Occidente a proporcionar armamento y ayuda económica directa empieza a reducirse. Para Zelenskyy, el simbolismo de tener a un presidente estadounidense a su lado en tierra ucraniana poco antes del aniversario no era un detalle menor, mientras insistía a sus aliados en Estados Unidos y Europa en que proporcionen más armamento avanzado y aumenten el ritmo de las entregas.

“Me pareció que era crucial que no hubiera ninguna duda, ninguna en absoluto, sobre el apoyo estadounidense a Ucrania en la guerra”, dijo Biden.

El viaje también supuso un abierto desplante dirigido al presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien había esperado que su ejército tomara Kiev en cuestión de días. Biden recordó haber hablado con Zelenskyy la noche de la invasión y dijo que “esa oscura noche hace un año, el mundo se preparaba literalmente para la caída de Kiev. Quizá incluso para el final de Ucrania”.

Un año después, la capital ucraniana sigue bajo firme control ucraniano. Aunque la ciudad ha recuperado cierta sensación de normalidad, las sirenas de ataque aéreo y los frecuentes ataques con misiles y drones contra infraestructura militar y civil en todo el país son un recordatorio casi constante de que la guerra continúa. Por el momento, los combates más cruentos se concentran en el este del país, sobre todo en torno a la ciudad de Bájmut, donde se están llevando a cabo ofensivas rusas.

Al menos seis civiles han muerto y 17 más han resultado heridos en Ucrania en las últimas 24 horas, informó la oficina presidencial ucraniana. En la región oriental de Donetsk, el ejército ruso estaba utilizando aeronaves para atacar ciudades situadas en la línea del frente. Un total de 15 ciudades y pueblos han sido bombardeados en las últimas 24 horas, según el gobernador ucraniano de la región, Pavlo Kyrylenko. En la región de Járkiv, las ciudades cercanas a la frontera con Rusia fueron atacadas. Un misil alcanzó Kupiansk, dañando un hospital, una fábrica y edificios residenciales.

“El costo que ha tenido que pagar Ucrania ha sido extraordinariamente alto”, manifestó Biden. “Y los sacrificios han sido demasiado grandes”, pero ”la guerra de conquista de Putin está fracasando”, afirmó.

“Él cuenta con que nosotros no nos mantengamos unidos”, dijo Biden. “Él pensaba que podía aguantar más que nosotros. No creo que piense eso ahora mismo. Dios sabe en qué piensa, pero no creo que piense eso. Pero simplemente se equivoca por completo. Se equivoca por completo”.

Al firmar un libro de visitas en el palacio presidencial, Biden elogió a Zelenskky y al pueblo ucraniano, cerrando con un “¡Slava Ukraini!” o ”¡Gloria a Ucrania!”

El viaje ofreció a Biden la oportunidad de ver de primera mano la devastación que la invasión rusa ha dejado en Ucrania. Miles de soldados y civiles ucranianos han muerto, millones de refugiados han huido de la guerra y Ucrania ha sufrido daños en infraestructura por valor de decenas de miles de millones de dólares.

Biden prometió apoyar a Ucrania por “el tiempo que haga falta”.

El presidente de Ucrania, con su sudadera negra habitual durante la guerra, dijo a través de un intérprete que la visita de Biden “nos acerca a la victoria”, que esperaba que se produjera este año. También expresó su gratitud con los estadounidenses y “con todos los que atesoran la libertad tanto como nosotros”.

Resulta inusual que un presidente de Estados Unidos viaje a una zona de conflicto donde Estados Unidos o sus aliados no tienen el control del espacio aéreo.

El ejército estadounidense no tiene presencia en Ucrania salvo por un pequeño equipo de infantes de Marina que protege la embajada en Kiev, lo que hacía la visita de Biden más complicada que otros desplazamientos recientes de mandatarios estadounidenses a zonas de guerra.

Aviones estadounidenses de reconocimiento, como un radar aéreo E-3 Sentr y una aeronave RC-135W Rivet Joint, vigilaban Kiev desde el espacio aéreo polaco mientras Biden estaba en Ucrania.

Había especulaciones desde hacía semanas sobre que Biden podría visitar Ucrania cerca del aniversario de la invasión rusa el 24 de febrero. Pero la Casa Blanca había reiterado que no había planes de un viaje presidencial a Ucrania, incluso después de que se anunciara la visita a Polonia este mes.

Desde primera hora del lunes, muchas calles principales y manzanas céntricas de Kiev estaban acordonadas sin ninguna explicación oficial. Más tarde la gente empezó a compartir videos de largas caravanas de coches circulando por las calles cuyo acceso estaba restringido.

En la Casa Blanca, los preparativos se limitaron a un grupo relativamente pequeño de funcionarios por motivos de seguridad. Según Sullivan, Biden dio su aprobación final al viaje, que llevaba meses preparándose, durante una reunión en el Despacho Oval el viernes, en la que se le informó de los planes de seguridad para la visita.

El presidente viajó con un séquito reducido, con sólo unos pocos asesores de alto nivel y dos periodistas, para mantener el secreto.

Biden salió con discreción de la Base Conjunta Andrews cerca de Washington poco después de las 4 de la madrugada del domingo e hizo una parada en la Base Aérea de Ramstein antes de dirigirse en tren a Ucrania desde Polonia. Llegó a Kiev a las 8 de la mañana del lunes. Partió a la 1 de la tarde de regreso a Polonia.

Hasta el lunes, el hecho de que Biden no hubiera visitado Ucrania le estaba convirtiendo en una especie de excepción entre otros mandatarios de Occidente, algunos de los cuales han realizado frecuentes visitas a la capital ucraniana. Funcionarios de la Casa Blanca habían alegado anteriormente problemas de seguridad que impedían que Biden realizara el viaje, y Sullivan dijo el lunes que la visita sólo se llevó a cabo una vez que los funcionarios consideraron que habían gestionado el riesgo hasta niveles aceptables.

En junio, el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y el entonces primer ministro de Italia, Mario Draghi, viajaron juntos en tren para reunirse en Kiev con Zelenskyy. El primer ministro británico, Rishi Sunak, viajó a Kiev en noviembre poco después de asumir el cargo.

Esta es la primera visita de Biden a una zona de guerra como presidente. Sus predecesores más recientes, Donald Trump, Barack Obama y George W. Bush, hicieron visitas no anunciadas a Afganistán e Irak durante sus mandatos para reunirse con tropas estadounidenses y los mandatarios de esos países.