Los valores intangibles, como la ética, la anticorrupción y cero impunidad, dominan frente a proyectos concretos
El presidente Luis Abinader está a la mitad del camino de su período constitucional de cuatro años que concluye el 16 de agosto del 2024, un momento crucial en el que tiene el reto de fortalecer valores intangibles de su gobierno, como la lucha contra la corrupción y de “gobierno ético” y al mismo tiempo revertir otras ideas que han tomado cuerpo, como que hay improvisación por la costumbre de presentar planes y proyectos que luego tiene que recoger.
Pero el mayor reto es concretizar obras que inmortalicen su Presidencia y, al mismo tiempo, sirvan de base para el éxito de su reelección, si finalmente se presenta a la repostulación como todo indica que haría.
A la mitad del período, los aspectos inmateriales como la lucha contra la corrupción y la impunidad, combinado con la de “gobierno ético”, son los principales logros de Abinader impulsados por la independencia del Ministerio Público. Sin embargo, los intangibles tienen el riesgo que pueden perderse de un plumazo. Por ejemplo, los últimos acontecimientos sobre ese tema se han vuelto contra la propia administración de Abinader, que debido a los escándalos ha tenido que apartar del gobierno a dos de los hombres claves de su proyecto político, Roberto Fulcar, de las estructuras partidarias, y Lisandro Macarrulla, que dirigió el gabinete presidencial y recaudador de recursos para la campaña.
En ese mismo orden, el presidente logró impulsar la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio, y en el acto de promulgación de la legislación,